SEPTIEMBRE 01-2001

EN PRIMICIA NO SÉ DE QUÉ OBRA DEPARTO,

YA QUE MIS LETRAS NO DEJARÁN DE SER LA DIMENSIÓN QUE LES CONCIERNE,
NI SUPERARÁN EL AISLAMIENTO A QUE HAN SIDO SENTENCIADAS.

LA MUERTE,
TÉRMINO HORRENDO PARA QUIENES CORTEJAN A LA VIDA,
SIN SABER QUE EL MUTIS DE ESTE ESCENARIO EXISTENCIAL,
ES JUSTAMENTE EL ÉXTASIS DE LA OBRA QUE A VECES SE JUZGA INTERMINABLE.

EL INVOLUCRAR A ESTA PROTAGONISTA CON NOMBRE ABSTRACTO,
ME INMISCUYE A VIVIR CONSIDERABLEMENTE LOS INSTANTES DONADOS A MI SER.

RETRAER LA MUERTE DE LA VIDA,
ME PARECERÍA TAN DEPLORABLE COMO JUGAR A LA INMORTALIDAD;
NO PRETENDO MÁS QUE HACER ENTENDER QUE AMAR SINGULARMENTE A LA VIDA,
ES COMO ASPIRAR AFERRARSE AL PRESENTE QUE YA NO ES.

LO MÁS PULCRO DE ESTE INSTANTE ES LO QUE VIENE,
LO QUE SABEMOS NOS AGUARDA,
EL COMIENZO DE LA VIDA EN ELLA,
LO QUE CIERTAMENTE LLEGA,
Y LO QUE MUCHOS JAMÁS HAN ALCANZADO AMAR.

LA MUERTE,
SÍ,
LA MUERTE;
A QUIEN LA COMPARAN CON OSCURIDAD,
PRIMERA ENEMIGA DE TAN INMACULADA FORTUNA.